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Los puntos neurovasculares (NL)


En la serie anterior de artículos hablamos del sistema de canales, qué son los meridianos y qué energías transportan, aprendimos a testarlos para comprobar si la energía fluye adecuadamente por ellos o presentan bloqueos, y finalmente vimos la forma en que podemos limpiarlos, recargarlos y mantenerlos en buen estado. Este nuevo artículo lo dedicaremos a los Puntos Neurovasculares (NV), que están estrechamente relacionados con los meridianos del sistema de canales. 


Los Puntos Neurovasculares son, como su nombre indica, puntos situados en distintas partes de la cabeza, comunican los meridianos con nuestro sistema nervioso ya que son puntos reflejo entre ambos sistemas. Esto significa que, cuando tratamos un punto neurovascular concreto, estamos estimulando al meridiano asociado a este punto y, por tanto, también a los órganos relacionados con ese canal. 

A continuación veréis un dibujo donde aparecen los 14 Puntos NV. Están numerados de manera que se puede trazar un recorrido ordenado por la cabeza siguiéndolos todos y tratando, por tanto, todos los meridianos; el proceso es parecido a trazar los meridianos seguidos según la rueda de meridianos que os expliqué en el artículo anterior, solo que en este caso nos restringimos al área de la cabeza. 

Pero estimular los meridianos energéticos no es el único uso que se puede dar a estos Puntos NV; al estar conectados con el sistema nervioso podemos liberar estrés en una situación determinada e incluso reprogramar nuestra respuesta mental y emocional a una situación recurrente que puede proceder de un trauma pasado o de un hábito o patrón instalado en nuestro sistema energético. Problemas diversos y dificultades emocionales se pueden enfrentar mejor si usamos los Puntos NV. Esto se consigue usando fundamentalmente los puntos de máximo estrés situados sobre las cejas (número 6 en el dibujo). 

El motivo de que pulsar estos puntos funcione sobre nuestra respuesta psico-emocional es, simplificando un poco, que al sostener esos puntos durante unos minutos hace que la sangre vuelva a los lóbulos frontales; el electromagnetismo de nuestros dedos provoca el movimiento de energía que a su vez activa la circulación sanguínea en la zona. Cuando nos encontramos en estado de estrés o nos enfrentamos a una situación que dispara un patrón negativo derivado de un trauma pasado, la parte más primaria del cerebro toma el mando activando la respuesta de lucha o huida para asegurar nuestra supervivencia; esto ya no es necesario en la mayoría de las situaciones que encontramos en nuestra vida diaria. El traer la sangre de vuelta a los lóbulos frontales devuelve el control a la parte del cerebro que nos permite analizar la situación con calma y conciencia en lugar de reaccionar instintivamente, así como verla desde una perspectiva más realista y menos teñida del drama asociado al trauma o a los patrones negativos. 

A continuación veremos cómo tratar estos puntos tanto en el caso de que queramos estimular los meridianos como en su uso para liberar estrés y reprogramarnos, pero antes… 

Un poco de historia 
A principios de los años 30s, el quiropráctico inglés Terrance J. Bennett descubrió los que pasaron a llamarse “Bennett Reflexes”, unos puntos reflejo en la cabeza que afectaban la circulación del sistema vascular de distintos órganos y glándulas en todo el cuerpo; descubrió que al estimular estos puntos aumentaba la circulación sanguínea en los órganos asociados, lo que derivaba en un aumento del flujo de nutrientes y oxígeno con la consiguiente mejora del funcionamiento del órgano en cuestión. 

Unos años más tarde, el Dr. George Goodheart, fundador de la Kinesiología Aplicada, observó que estos puntos también afectaban positivamente al funcionamiento de músculos y articulaciones. Cruzando referencias con la acupuntura china, descubrió la asociación de los meridianos de energía, los órganos y músculos/articulaciones asociados a los canales, con los que se pasaron a llamar Puntos Neurovasculares. 

Durante décadas el estudio de estos puntos y su uso se ha ido desarrollando para tratar las más diversas dolencias y problemas de salud física, pero también para mantener el bienestar energético a nivel etérico, emocional y mental. 

Sanación por medio de los Puntos NV 
Como mencionaba anteriormente, los puntos se pueden recorrer todos siguiendo un camino con objeto de realizar una “puesta a punto” de todos los meridianos, pero también podemos tratar solo los puntos relacionados con meridianos donde hemos encontrado desequilibrio. Para ello, podemos utilizar el test de los dedos que os explicaba en el segundo artículo sobre los meridianos (o cualquier otro método que os funcione bien para determinar el estado de los canales); una vez identificados los meridianos a sanar, localizamos los puntos asociados a éstos y los tratamos uno a uno. 

El modo de sostener los Puntos NV es sencillo, basta con ejercer una presión suave durante 2 o 3 minutos en el punto en cuestión, utilizando las yemas de los dedos (uno o varios, como os sintáis más cómodos) o un cristal pulido de forma ovalada o redonda; el tipo de piedra depende de vuestras preferencias en cuanto a la vibración energética que a cada uno le vaya mejor, pero si no queréis equivocaros os aconsejo un cristal de cuarzo, tiene una vibración muy alta y es tremendamente sanador. 

Si combináis el Punto NV a tratar con los puntos de máximo estrés, el tratamiento será más efectivo. También puede ser de gran ayuda para la efectividad del ejercicio sostener primero el punto linfático de estrés (número 14 en el dibujo) para abrir la energía y estimular la circulación de la sangre, y después sostener el punto que queráis tratar. 

Manejo del estrés con los Puntos NV 
En cuanto a su uso como reprogramador de patrones y para el manejo de las situaciones de estrés, os propongo el siguiente ejercicio: 

Traemos a la mente un momento de saturación emocional que hayamos vivido, o una situación muy estresante que provoque en nosotros una respuesta negativa, o también podemos pensar en una crisis actual, una mala situación por la que estemos pasando en el presente. Podemos puntuar el grado de estrés que asociamos a ese recuerdo o imagen o situación en una escala de 0-5 donde 5 es el máximo grado de incomodidad. Este no es absolutamente necesario, sirve para comprobar nuestro avance más adelante.

Colocamos los dedos de ambas manos en los puntos NV sobre las cejas (marcados en el dibujo con el número 6), de manera que las yemas de los dedos toquen los puntos de máximo estrés y los pulgares caigan sobre las sienes, por donde pasa el meridiano del Triple Calentador. Mantenemos esta posición simplemente sujetando los puntos, no es necesario masajear o pulsar o hacer “tapping” sobre ellos, durante unos 3-5 minutos mientras pensamos en la situación de estrés.

También puede ser otra persona la que nos sujete los puntos NV de la frente, especialmente en caso de que aquello en lo que estamos pensando tenga una carga excesivamente emocional para nosotros o nos resulte extremadamente estresante; en ese caso puede ser de ayuda contar con el apoyo de otra persona. Si lo hacemos nosotros mismos, una variante del ejercicio consiste en cubrir la frente con una mano de manera que toque los dos puntos de máximo estrés y colocar la otra por encima de la nuca, en el punto linfático de estrés (marcado en el dibujo con el número 14).

Tras 3 o 5 minutos realizando este sencillo ejercicio, probablemente notaremos una mengua considerable del estrés que nos provoca pensar en esa situación. Podemos repetirlo cuantas veces queramos y durante varios días; cada vez que lo hagamos, podemos puntuar el grado de incomodidad que nos provoca para comprobar nuestro avance en la respuesta a ese estímulo. Dependiendo de la gravedad de asunto que estamos tratando y de la carga emocional que tenga para nosotros tardaremos más o menos en liberar el estrés asociado a ese recuerdo o a esa situación de conflicto, pero por poco que consigamos disminuirlo ya valdrá la pena, ¿no os parece?