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Conexión compasiva: ¿ayuda o perjuicio?

A lo largo del tiempo que llevo canalizando los Registros Akáshicos de las personas que acuden a Merkaba para sanar sus bloqueos energéticos, he encontrado que en numerosas ocasiones se detecta un tipo de bloqueo que llamamos “conexión compasiva”. Este tipo de conexión es más habitual de lo que pudiéramos pensar y mucha gente la experimenta sin siquiera saberlo, por lo que me he decidido a subir un pequeño artículo explicando de qué se trata y cómo podemos evitarla.

Esta conexión se crea cuando un alma, consciente o inconscientemente, ofrece sus recursos energéticos a otra para asistirla de alguna forma, ayudarla en su crecimiento y su evolución personal, o bien facilitarle una tarea vital que consideramos excesiva para el alma que asistimos. Así, con la buena intención en el ánimo, permitimos que otra persona (normalmente un ser querido) se conecte a nuestro sistema energético y “beba” de él o bien le enviamos un flujo de energía con el fin de proporcionarle ayuda energética.


Lo que en principio puede parecer un acto altruista y generoso es en realidad nocivo tanto para el que da como para el que recibe, ya que por un lado el dador pierde parte de su propia energía y acaba drenado, y por otra parte el que recibe pierde la oportunidad de conseguir por sí mismo el sustento energético. No es que no podamos enviar energía positiva y curativa a otras personas, está en nuestra naturaleza el deseo de ayudar a nuestros seres queridos, pero la forma en que se entrega puede ser más o menos nociva, y también más o menos efectiva. La energía vital que necesitamos está disponible para todos, podemos obtenerla de distintas formas pero debemos hacerlo por nuestros propios medios si queremos evolucionar y aspiramos a ser energéticamente independientes en lugar de esperar a que otros nos sustenten.

Sin embargo, si realmente deseamos compartir energía con las personas a las que queremos ayudar sí que hay formas de hacerlo sin drenar nuestro propio sistema energético. A continuación os cuento cómo podéis hacerlo de una forma sencilla y efectiva.


A la hora de asistir energéticamente a alguien es recomendable no usar la propia energía sino hacerlo absorbiéndola del núcleo de la tierra; esto podemos hacerlo a través de los chakras secundarios de las plantas de los pies, que están hechos precisamente para ello, para obtener energía vital del centro terrestre. Este ejercicio comienza pues afianzándonos bien en el suelo, preferentemente estando en pie, nos concentramos en las plantas de los pies, sentimos la conexión con la superficie sobre la que nos encontramos y visualizamos un pequeño remolino de color pardo girando en cada una de nuestras plantas, en el sentido de las agujas del reloj; esos conos energéticos son los que absorberán la energía.

Luego visualizamos la energía vital bullendo en el núcleo de la Tierra, es puro sustento para la vida y el planeta nos lo ofrece para que lo usemos siempre que lo necesitemos. Observamos cómo esa energía sube lentamente hacia la superficie, llamada por nuestros chakras plantares, y penetra a través de ellos entrando en nuestro cuerpo energético. Con nuestra intención la conducimos hacia arriba subiéndola por las piernas hasta nuestros chakras principales.

La vamos a ir transportando chakra a chakra comenzando por el centro energético base o chakra raíz; visualizamos cómo la energía del núcleo energetiza ese centro y continua subiendo hasta el centro sacro, lo carga y sigue ascendiendo, llena ahora el chakra plexo solar de energía vital y continúa su ascenso hasta el centro del corazón, el chakra cardiaco. Una vez allí, transportamos la energía a lo largo de ambos brazos llevándola hasta los palmochakras, los centros secundarios de las palmas de las manos. Desde ellos podemos transmitir la energía hacia la persona que deseemos. Podemos complementar la transferencia utilizando una visualización de nuestro ser querido recibiendo la energía, también a través de sus palmochakras, y extendiéndola por todo su sistema energético.


Hay quien me pregunta por el color de esa energía, si es conveniente visualizarla de un color concreto que resulte más sanador. Os puedo decir que los colores verde, violeta, dorado y plateado poseen una vibración altamente curativa, pero al final vuestra propia intuición os dirá qué color es más conveniente usar en cada momento y para cada propósito, visualizad lo que os parezca más cómodo y lo que vuestro corazón os diga que es apropiado para vosotros y para la persona a la que queréis ayudar.

Cuando consideremos que hemos traspasado suficiente energía, podemos interrumpir el flujo y bien devolver la energía restante a la tierra o bien extenderla por nuestro propio sistema para sanarnos a nosotros mismos. Finalmente, no olvidemos dar las gracias a la madre Tierra por ofrecernos su energía vital.