Ir al contenido principal

Nivel aural: las siete capas del aura


El aura es una estructura que existe en un nivel más profundo que el físico y que sustenta a éste, esto significa que todo lo que existe en el mundo físico ha sido antes creado en el nivel aural. El aura contiene las energías de nuestra personalidad; todo cuanto notamos, sentimos, pensamos, cómo nos comportamos, nuestros patrones y forma de relacionarnos… todo está contenido en el nivel aural, y cada aspecto ocupa una región concreta del aura según su vibración. Veamos en detalle cuáles son esas regiones.



Composición del aura
El aura está compuesta por siete capas, cada una de las cuales posee una frecuencia vibratoria distinta y por tanto se dedica a un tipo diferente de experiencia vital. Cada capa se asocia a uno de los siete chakras principales; todos estos centros se encuentran en todos los niveles del aura pero cada capa tiene una conexión especial con uno de los chakras ya que su frecuencia vibratoria es la misma.

De estas siete capas, las tres primeras son los niveles inferiores, donde procesamos las energías del mundo físico; las tres últimas son los niveles superiores, donde experimentamos las realidades espirituales, y la cuarta capa es un nivel intermedio que sirve de puente entre ambos niveles. El chakra corazón es el “transformador” de las energías en su paso de los planos superiores a los inferiores y viceversa.

Vamos a ver con más detalle cada una de las capas y la forma en que podemos cubrir las necesidades de cada nivel del aura para mantenerla sana.

El Cuerpo Etérico

La primera capa, la más cercana al cuerpo físico, es el llamado Cuerpo Etérico. Este nivel es como un envoltorio energético que sirve de molde para el cuerpo físico, crea la materia corporal y la sustenta. La visión ampliada revela un resplandor de azul claro a grisáceo (dependiendo de la salud energética de la persona) de filamentos en constante movimiento, que se extienden desde el cuerpo físico hasta unos 1.25 – 5 cm más allá de éste.

En este nivel experimentamos el placer y el dolor que nos llegan desde los sentidos, pero también sensaciones de vitalidad, sexo, sueño... El cuerpo etérico atrae energías del exterior (sol y tierra), las acumula y, a través de los chakras y meridianos, las conduce al cuerpo físico en un flujo ininterrumpido. Cuando existe un bloqueo en este nivel, pasa rápidamente al cuerpo físico en forma de dolor, malestar o enfermedad.

El Cuerpo Emocional

La segunda capa es el Cuerpo Emocional. Este nivel se extiende desde el cuerpo físico hasta unos 2.5 – 7.5 cm de éste y está formado por nubes de sustancia fluida en constante movimiento; estas nubes son sentimientos y emociones que tenemos hacia nosotros mismos. Los sentimientos positivos se visualizan con colores vivos mientras que los negativos se ven como nubes de tonos más oscuros, sucios incluso si esos sentimientos son confusos.

Las emociones y sentimientos hacia nosotros mismos, tanto positivos como negativos, deben fluir y circular (lo que conseguimos reconociéndolos, aceptándolos y expresándolos) de lo contrario se interrumpe el flujo de energía, ésta se estanca y provoca problemas en las capas cercanas, es decir en el cuerpo etérico y en el cuerpo mental.

El Cuerpo Mental

Éste es pues el siguiente nivel, la tercera capa del aura o Cuerpo Mental. Se extiende desde el cuerpo físico hasta unos 7.5 – 60 cm en forma de luz brillante, se puede ver como finas líneas energéticas de un color amarillo limón. El cuerpo mental contiene, como su nombre indica, nuestra energía mental, los pensamientos, ideas y procesos mentales; las formas de pensamiento se pueden ver con percepción ampliada como manchas de brillo y contornos variables dependiendo del grado de claridad de la idea y de la calidad del pensamiento. Los pensamientos negativos ralentizan la vibración de esta capa y hacen que las líneas de energía se vuelvan oscuras y distorsionadas.

El Cuerpo Astral

La cuarta capa aural corresponde al llamado Cuerpo Astral. Esta capa está formada por los sentimientos que experimentamos hacia los demás, por lo que en ella se encuentra la energía de todas nuestras relaciones (no solo con otras personas sino también con animales y plantas, objetos, astros, etc). El cuerpo astral se extiende desde el cuerpo físico hasta unos 15 – 30 cm y se percibe como corrientes de líquido de diversos colores; cuando la energía es de baja frecuencia el “líquido” es denso y oscuro, cuando es de frecuencia elevada (sentimientos positivos) es fluido y de colores brillantes.

En este nivel vemos las corrientes energéticas que fluyen entre las personas cuando interactúan, así como los cordones aurales (de los que hablaremos con detalle en otro artículo) pero también bloqueos relacionados con criaturas que habitan en el plano astral, como entidades de distinto orden y parásitos energéticos.

El Patrón Etéreo

El quinto nivel es el del Patrón Etéreo. Éste se extiende desde el cuerpo físico hasta unos 45 – 60 cm y se visualiza como un espacio en negativo; contiene la plantilla de todo lo que existe a nivel de la capa etérica que a su vez es molde para lo físico, por lo que este nivel se ve como un fondo azul cobalto lleno de líneas traslúcidas o transparentes que dibujan las formas originales.

Es el nivel de la voluntad divina y por ello contiene también el modelo evolutivo y el plan universal; si esta capa está sana, estaremos alineados con la voluntad divina y por tanto con nuestro plan de vida, si no lo está, nos sentiremos fuera de lugar, como si no estuviéramos conectados con nuestro entorno y no encajáramos en el puzle global.

El Cuerpo Celestial

La sexta capa del aura es el llamado Cuerpo Celestial. Esta capa se extiende desde el cuerpo físico hasta unos 60 – 83 cm con un brillo de tonos oro y plata mezclado con rayos de luz más fuertes de diversos colores en suaves tonos opalescentes. Esta luz posee una frecuencia muy alta ya que vibra en el nivel del amor divino. El cuerpo celestial contiene los sentimientos dentro del mundo del espíritu, los más elevados, y cuando se unen el sexto chakra (relacionado con este cuerpo) y el corazón, ambos abiertos, sentimos el verdadero amor incondicional.

La falta de alimento espiritual puede oscurecer el brillo del cuerpo celestial y dañarlo, pero también es perjudicial un exceso de fuerza en este nivel, es decir, utilizar la experiencia espiritual para evadirnos de la realidad física. Hay que recordar que el mundo físico existe dentro del espiritual, no fuera de él, y que la salud está en el medio, no en los extremos.

El Patrón Cetérico

Finalmente tenemos la séptima capa del aura o Patrón Cetérico, también conocido como Cuerpo Causal. Esta capa se extiende aproximadamente unos 75 – 105 cm desde el cuerpo físico y engloba a todas las demás, manteniendo toda el aura cohesionada y protegida; el cuerpo causal es como una rejilla de finos hilos energéticos de color oro-plata con un borde exterior más grueso que protege tanto de fugas energéticas como de influencias exteriores.

Éste es el nivel mental del plano espiritual, por lo que a través de este cuerpo comprendemos el gran modelo de la vida que procede de la mente divina y conocemos nuestra perfección dentro de nuestras imperfecciones. La falta de salud en el Patrón Cetérico hace que las líneas de energía que tejen la red o el “huevo aural” se vean tenues, debilitadas, e incluso se resquebrajen en algunas partes, lo que ocasiona fugas de energía entre otros problemas.

La salud del nivel aural 
Para mantener la salud del campo es necesario cuidar de todos los niveles aurales y nutrirlos de distinta forma, pues todos ellos están interrelacionados y todos son parte de nosotros. Una vida sana y plena en todos los sentidos pasa por limpiar, cargar y equilibrar los siete niveles aurales, lo que equivale a tomar responsabilidad por todas las áreas de experiencia en nuestra vida.

Si uno de los cuerpos es débil o presenta problemas de cualquier tipo, esto dificultará que tengamos una experiencia plena en esa área, o se proyectará como obstáculos e inconvenientes en el campo al que corresponda. Por ello una revisión y limpieza del campo aural siempre es conveniente, pero somos nosotros mismos los que debemos trabajar para mantenerlo sano atendiendo a las necesidades de cada nivel.

Necesidades del aura 
El Cuerpo Etérico responde a las necesidades puramente físicas, la necesidad prioritaria de este nivel es la de sentirse a gusto, el disfrute de los sentidos carga este cuerpo. Para sanar y nutrir el Cuerpo Emocional necesitamos aceptarnos y querernos a nosotros mismos, por lo que puede ser útil hacer una lista de las formas en que nos rechazamos y sustituirlas por sentimientos positivos. En el tercer nivel o Cuerpo Mental la necesidad básica consiste en entender nuestra situación de forma clara y racional, pero también lo sanamos encontrando y eliminando los juicios negativos sobre nosotros mismos. El cuarto nivel es el de las relaciones con los otros, por lo que interaccionar de forma positiva con amigos y familiares es la mejor forma de cubrir las necesidades del Cuerpo Astral.

Al pasar a las capas superiores, las necesidades se vuelven lógicamente más trascendentales. El Patrón Etéreo se carga alineándonos con la verdad y expresándola; la palabra posee un gran poder y en ella reside la energía creativa, podemos usarla para sanar este nivel. Al sexto nivel o Cuerpo Celestial se accede expresando la verdad de las necesidades y satisfaciéndolas, así se carga automáticamente este cuerpo, y por último el Cuerpo Causal se sana encontrando el objetivo del alma y comprendiendo el modelo perfecto universal, dándonos cuenta de que todo es perfecto aún con sus imperfecciones.

Atender a las necesidades de cada capa del aura es tanto o más importante que satisfacer las necesidades del cuerpo físico, a esto último estamos acostumbrados y nos parece lógico y necesario, pero mantener la salud del campo aural no solo determinará el bienestar de una parte de nosotros sino de todas y cada una de las áreas de nuestra vida.


"La conciencia es la presencia de Dios en el ser humano".
VICTOR HUGO

.

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *