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Cómo utilizar la respiración para sanarnos


La fuerza vital o, como se la ha llamado en distintas culturas, Prana, Qi o Chi está a nuestro alrededor y llena el campo de energía universal en el que habitamos, entra y sale de nosotros constantemente a través de la respiración y, en su recorrido por el interior de nuestro cuerpo, nos llena de energía y de vida. El aire que respiramos no contiene esa fuerza vital por los gases que lo forman sino por los iones negativos que hay en él; cuando los átomos del aire ganan electrones, éstos se convierten en iones negativos, cuanta mayor es la carga de electrones y mayor es por tanto la ionización, más sano es respirar ese aire. Es por ello que respirar el aire del mar, en la naturaleza o en un lugar sin contaminación sino con aire limpio es más beneficioso para nuestra salud.


Respirar es automático e inevitable, de manera que cierta cantidad de Prana va a entrar siempre en nuestro sistema, sin embargo existe una gran diferencia entre el beneficio que nos aporta un tipo de respiración u otra. Cuando respiramos de forma superficial, poco profunda (cosa que hacemos la mayor parte del tiempo cuando no somos conscientes de ello y dejamos que el cuerpo lo haga de forma automática) usamos tan solo la quinta parte de nuestra capacidad pulmonar. De esta forma asumimos no solo menos oxígeno sino también mucho menos Prana; esto provoca envejecimiento prematuro, enfermedad y disminuye nuestra calidad de vida.

Sin embargo cuando respiramos conscientemente, de forma profunda y (aún mejor) empleando alguna técnica respiratoria para energizarnos o relajarnos, los tejidos que revisten las cavidades nasales y los senos paranasales captan mucho más Prana que se reparte por nuestro sistema energético afectando finalmente a la parte física.

Respiración lunar vs respiración solar
Nuestra nariz presenta dos orificios que en principio nos pueden parecer iguales pero que en realidad son muy diferentes y cumplen por tanto distintas funciones. Nunca respiramos por los dos al mismo tiempo, el aire entra por uno de los dos orificios nasales y al cabo del rato éste se tapona y deja que entre por el otro; de esta forma el cuerpo se encarga, sin que nosotros nos demos ni cuenta, de alternar la entrada de Prana cambiando cada 2 horas. Si pasamos más de 6 horas respirando por el mismo orificio (ya sea porque estamos enfermos, tenemos un problema estructural o la nariz taponada) empezamos a notar signos de enfermedad, depresión o letargo.

La diferencia que existe entre la inhalación por un lado de la nariz o por el otro está relacionada con los hemisferios cerebrales y, dependiendo de por dónde entre el aire realizará un recorrido u otro y ese Prana se utilizará de distinta forma. Pero veamos más de cerca cada lado.

La fosa derecha se encarga de la respiración que llamamos “solar” (surya) ya que conecta con el nadi solar o Pingala (los nadis son canales energéticos que transportan el Prana y de ellos os hablaré más en un futuro artículo). Este orificio nasal está relacionado con el hemisferio izquierdo del cerebro, por tanto con la actividad mental analítica, la lógica, la mente racional. Por su relación con el sol, procesa la fuerza vital y se encarga de hacer que el cuerpo se caliente.

La fosa izquierda se encarga de la respiración “lunar” (chandra) y conecta con el nadi lunar o Ida. Este orificio nasal se relaciona con el hemisferio derecho del cerebro, que rige la actividad emocional, la creatividad, la inspiración. Por su relación con la luna, procesa la energía del relax y nos ayuda a descansar, calmarnos y a enfriar el cuerpo.

Darnos cuenta de con qué fosa nasal estamos respirando en un momento determinado puede ayudarnos a comprender nuestro estado; quizá nos falta concentración pero estamos muy relajados y nos damos cuenta de que estamos respirando por el lado izquierdo, o nos sentimos muy activos y vitales sin darnos cuenta de que llevamos un buen rato respirando por el lado derecho…

Respirar para sanar
Saber esto no solo nos sirve para entender, también podemos usarlo para cambiar nuestro estado forzando la respiración por un orificio o el otro según lo que queramos conseguir. Ya que conocemos cómo funciona cada fosa nasal y qué energía procesa es fácil imaginar cómo podemos utilizarlo para nuestro propio bienestar. Bastará con que tapemos uno de los orificios nasales durante unos minutos y respiremos profundamente y lentamente solo por el otro (tanto la inspiración como la expiración).

La respiración solar se puede utilizar para energizarnos cuando estamos cansados, para conseguir una mejor concentración mental cuando estamos realizando un trabajo intelectual e incluso para mejorar nuestro estado de ánimo (cuando nos falta energía tendemos a deprimirnos o enfadarnos, pero cuando recuperamos la energía nuestro ánimo suele mejorar también).

En cambio la respiración lunar se puede usar cuando necesitamos relajarnos y calmarnos, “enfriar” nuestras emociones, también es útil cuando tenemos dolor de cabeza (os aseguro que funciona, yo he conseguido quitarme grandes dolores de cabeza solo respirando unos minutos por la fosa izquierda) e incluso se puede utilizar cuando necesitamos hacer uso de nuestro lado intuitivo o estamos realizando una labor creativa.

Por otro lado podemos usar la llamada respiración alterna que, como su nombre indica, consiste en ir cambiando de un orificio nasal a otro con una pausa entre inhalación-exhalación reteniendo el aire durante unos segundos (esto es muy sencillo pero tremendamente efectivo y sanador). El orden sería como sigue:
Inhalación izquierda – pausa – exhalación derecha 
Inhalación derecha – pausa – exhalación izquierda

Lo ideal es que la exhalación sea más lenta que la inhalación y la pausa dure más aún que ambas (inhalación x2 pausa x8 exhalación x4) pero no todos tenemos la misma capacidad pulmonar y al empezar a practicar esta técnica a muchos os costará mantener esos intervalos; hacedlo como más cómodo os resulte, sin forzar nada, simplemente inundad vuestros pulmones de aire, retenedlo y soltadlo con suavidad, tiene que sentirse como algo agradable.

Por supuesto si tenemos la nariz taponada porque estamos resfriados o por algún otro problema no es conveniente usar esta técnica por motivos evidentes, pero se puede realizar visualizando cómo la energía entra por una fosa y sale por otra igual que si estuviéramos realizando el ejercicio físicamente.

Beneficios de la respiración alterna
Esta técnica es tan sencilla de practicar como efectiva, se puede realizar en cualquier lugar y situación, y nos ofrece grandes beneficios. El cambiar constantemente entre una fosa y otra ayuda a equilibrar los dos hemisferios cerebrales, al tiempo que nos aporta claridad, equilibrio y quietud tanto mental como emocional. La alternancia entre la respiración solar y lunar ayuda a normalizar los ciclos de calentamiento/enfriamiento del cuerpo, así como sus ritmos cardiacos. Purifica los nadis para que el prana pueda fluir hacia el canal central, despertando espacios cerebrales adormecidos.

La serenidad que aporta prepara la mente para la meditación, pero se puede utilizar también como meditación, ya que el enfoque en la respiración consciente es una forma de meditación en sí misma que aporta una gran relajación y nos ayuda a llegar a estados más elevados.